¿Tu? Intentan mantenerse en forma física y mentalmente el mayor tiempo posible. Por eso se interesan por todo lo que ocurre a su alrededor. Les gusta aprender cosas nuevas: saben utilizar smartphones, ordenadores, van a cursos de formación de la memoria. Muchos de ellos vuelven a la escuela. Quieren ampliar sus conocimientos en el campo en el que trabajaban o empiezan a estudiar algo completamente nuevo.
Para estos curiosos, las universidades están abriendo las llamadas Universidades de la Tercera Edad. La idea de la educación para los precozmente nacidos se originó en Francia. En la República Checa, la primera Universidad de la Tercera Edad se abrió en 1986 en Olomouc.
Hoy hay Universidades de la Tercera Edad en todas las regiones. Los mayores pueden elegir entre diversas disciplinas. La mayor selección la ofrecen la Universidad Carolina y la Universidad de Economía.
Se admite a estudiar a los graduados de secundaria que ya cobran una pensión. El plan de estudios se divide en semestres. Los estudiantes interesados deben pagar una pequeña cuota (del orden de cientos de coronas) antes del inicio del semestre. ¿Y qué cursos pueden cursar? Derecho, medicina, teología, farmacia, ciencias, educación, filosofía, economía, educación física y deportes, etc. Al graduarse, los licenciados reciben un certificado que se les entrega en una ceremonia.
El concepto inicial de la Universidad de la Tercera Edad se basa en que los estudiantes asistan a las clases en la escuela. Pero, ¿qué ocurre si alguien es discapacitado o no puede desplazarse a las clases desde una distancia mayor? También se tiene en cuenta a estas personas mayores: pueden apuntarse a la Universidad Virtual de la Tercera Edad. Las clases se graban en vídeo y los alumnos pueden verlas en línea. Las pruebas y los exámenes se realizan del mismo modo. Es estupendo que cualquiera que esté interesado pueda formarse, aunque no pueda asistir a la escuela.
Conozco personalmente a una estudiante de la Universidad de la Tercera Edad. Ya se graduó en una universidad en su juventud y ahora está ampliando sus conocimientos. Está entusiasmada por utilizar su tiempo libre de forma útil, por aprender mucha información nueva, por conocer a personas afines. Dice que al menos no envejece y sigue manteniendo su frescura mental.
Las estadísticas demuestran que hay un gran interés por estudiar en la Universidad de la Tercera Edad. Los profesores elogian lo bien que aprenden cuando ven alumnos entusiastas. Así que, abuela, abuelo, ¿nos acompañáis?
